Gilberto Mosos, nacido el 1 de Septiembre de 1938 en Ortega, Tolima, Colombia, falleció pacíficamente el 3 de Enero de 2025 en West Palm Beach, Florida, rodeado de su querida familia.
Gilberto creció en un pueblo rural junto a sus diez hermanos y hermanas. Su padre, Rosendo, era un hombre trabajador, mientras que su madre, Natividad, se dedicó con amor a la crianza de los hijos. Desde niño, Gilberto pasó gran parte de su tiempo jugando al aire libre con sus hermanos y primos, formando un vínculo especialmente cercano con su hermano Ramiro, a quien consideraba como un gemelo.
A la temprana edad de 14 años, Gilberto dejó su hogar para trabajar y ayudar a mantener a su familia, eventualmente llevando consigo a su hermano Ramiro. Su esfuerzo y determinación lo llevaron, junto a Ramiro, a alquilar una camioneta, regresar a Ortega y trasladar a toda la familia a Cali, Colombia, donde continuaron progresando y construyendo un mejor futuro juntos.
Gilberto ingresó a las fuerzas militares y por su buena conducta y trabajo excepcional, fue ascendido a Sub-Oficial y fue seleccionado para el Batallón Colombia como parte de los Cascos Azules de las Naciones Unidas protegiendo la paz en el Canal de Suez.
Cuando volvió a Colombia, mientras trabajaba en Cali, Gilberto conoció al amor de su vida, Nidia, quien trabajaba como contadora en la aduana. Se casaron y tuvieron tres hijos: Luis Fernando, Gloria Patricia y Mario Germán. Buscando mayores oportunidades, la pareja se trasladó a Nueva York, donde dieron la bienvenida a su cuarta hija, Caroline.
Gilberto fue el ejemplo del sueño americano. Poco después de llegar a Nueva York, se convirtió en propietario-operador de su primer camión de 18 ruedas, comenzando una larga y exitosa carrera como camionero de largas distancias. Condujo millones de millas con seguridad, viajando de Nueva York a Miami, Houston y Los Ángeles, manteniendo siempre un récord excepcional de más de 8 millones de millas sin accidentes. Su camión se convirtió en un símbolo de su generosidad y amor por la familia, ya que con frecuencia transportaba a numerosos familiares en sus recorridos a lo largo del país.
Después de mudarse a Houston, Gilberto y Nidia compraron su primera casa, donde criaron a sus hijos. Se sentía inmensamente orgulloso al ver a todos sus hijos graduarse, seguir carreras exitosas y formar sus propias familias. Fue un abuelo dedicado y amoroso para sus ocho nietos—siete varones (Steven, Bryan, Kevin, Preston, Adrian, Lukas y Aksel) y una niña (Lauren)— a quienes apreciaba profundamente.
Al jubilarse, Gilberto encontró felicidad en los placeres simples de la vida, especialmente en los viajes de pesca con su hijo Mario, las visitas a la playa y pasar tiempo de calidad con su familia, tanto en Florida como en Colombia. Era conocido por su corazón bondadoso, su generosidad y su amor inquebrantable por quienes lo rodeaban. Ya fuera contando un chiste o compartiendo risas con sus seres queridos, su espíritu alegre y su sonrisa radiante nunca desaparecían.
El legado de esfuerzo, amor y entrega de Gilberto será recordado por siempre. Fue un esposo, padre, abuelo, hermano y amigo devoto, que tocó innumerables vidas con su bondad y calidez.
Será profundamente extrañado y siempre recordado con amor por su esposa, Nidia; sus hijos, Luis Fernando, Gloria Patricia, Mario Germán y Caroline; sus ocho nietos; sus hermanos y hermanas; y su extensa familia y amigos.
Descansa en paz, Gilberto. Tu vida fue un hermoso viaje, y tu amor seguirá inspirándonos a todos.
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Gilberto Mosos, born on September 1, 1938, in Ortega, Tolima, Colombia, passed away peacefully on January 3, 2025, in West Palm Beach, Florida, surrounded by his loving family.
Gilberto grew up in a rural town with his ten brothers and sisters. His father, Rosendo, was a hardworking man, while his mother, Natividad, lovingly dedicated herself to raising the children. As a young boy, Gilberto spent much of his time playing outdoors with his siblings and cousins, forming an especially close bond with his brother Ramiro, who was like a twin to him.
At the young age of 14, Gilberto left home to work and support his family, eventually bringing his brothers along with him. His hard work and determination led him and Ramiro to rent a van, drive back to Ortega, and relocate their entire family to Cali, Colombia, where they continued to thrive and build a better future together.
Gilberto joined the military forces, and due to his good conduct and exceptional work, he was promoted to Non-Commissioned Officer and was selected for the “Battalion Colombia” as part of the United Nations Peacekeepers, protecting peace in the Suez Canal.
When he got back to Colombia and while working in Cali, Gilberto met the love of his life, Nidia, who worked as an accountant in Customs. The two married and had three children: Luis Fernando, Gloria Patricia, and Mario German. Seeking greater opportunities, the couple moved to New York, where they welcomed their fourth child, Caroline.
Gilberto was the embodiment of the American dream. Shortly after arriving in New York, he became an owner-operator of his first 18-wheeler, launching a long and successful career as a cross-country truck driver. He drove millions of safe miles, traveling from New York to Miami, Houston, and Los Angeles, always maintaining an exceptional safety record with over 8 million accident-free miles. Gilberto’s truck became a symbol of his generosity and love for family, as he frequently gave rides to countless relatives on his long hauls across the country.
After moving to Houston, Gilberto and Nidia purchased their first home, where they raised their children. He took immense pride in seeing all of his children graduate, pursue successful careers, and start families of their own. He was a proud grandfather to eight grandchildren—seven boys (Steven, Bryan, Kevin, Preston, Adrian, Lukas and Aksel) and one girl (Lauren)— whom he cherished deeply.
Upon retiring, Gilberto found joy in the simple pleasures of life, especially fishing trips with his son Mario, going to the beach and spending quality time with his family both in Florida and in Colombia. He was known for his kind heart, generosity, and unwavering love for those around him. Whether sharing a joke or laughing with loved ones at home, his joyful spirit and radiant smile never faded.
Gilberto’s legacy of hard work, love, and selflessness will forever be remembered. He was a devoted husband, father, grandfather, brother, and friend who touched countless lives with his kindness and warmth.
He will be deeply missed and forever cherished by his wife, Nidia; his children, Luis Fernando, Gloria Patricia, Mario German, and Caroline; his eight grandchildren; his brothers and sisters; and his extended family and friends.
Rest in peace, Gilberto. Your life was a beautiful journey, and your love will continue to inspire us all.
Saturday, January 18, 2025
10:00 - 11:00 am (Eastern time)
Saint Luke Catholic Church
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